Deshabituación Tabáquica en Contextos Universitarios y Clínicos: Un Enfoque Cognitivo-Conductual e Intergeneracional

1. Introducción
El consumo de tabaco y otras sustancias constituye un problema de salud pública con consecuencias graves para la salud física y psicológica de los individuos (World Health Organization [WHO], 2021). En este contexto, en la asignatura de Psicología de la Actividad Física y del Deporte, de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte, de la Universidad de Zaragoza, se desarrollan dos programas de intervención para la deshabituación tabáquica, con enfoque cognitivo-conductuale, en dos poblaciones diferentes:
Estudiantes universitarios, a quienes se les propone esta experiencia en el contexto del “trabajo de prácticas” de esta asignatura, con el propósito, además de mejorar su salud, de adquirir una experiencia personal que les capacita para el manejo de este tipo de conductas en su futura labor profesional, en particular con deportistas jóvenes.
Personas con enfermedades crónicas, dentro del programa de rehabilitación ARPER https://www.asociacionarper.org/, quienes buscan mejorar su estilo de manejo de la enfermedad a través de la incorporación del ejercicio y actividad física regular, la mejora del estilo de alimentación y de habilidades psicológicas dirigidas al manejo de los síntomas de sus patologías, la gestión del tiempo, gestión emocional y habilidades sociales.
2. Fundamentación Científica y Justificación de los Programas
2.1. Intervención en estudiantes universitarios: mejora de la competencia profesional
La formación de futuros profesionales de las Ciencias del Deporte y la Salud debe incluir experiencias que fomenten la autoconciencia sobre hábitos de salud y la comprensión de las dificultades que enfrentan los individuos en la modificación de conductas de riesgo (Prochaska & DiClemente, 1983).
El modelo cognitivo-conductual utilizado en el programa de deshabituación tabáquica sigue un enfoque basado en la teoría del cambio de comportamiento, estableciendo objetivos progresivos de "consumo cero" en fases estructuradas desde la finalización de las Fiestas del Pilar (octubre) hasta el comienzo de la festividad de Semana Santa (6 meses). Este proceso permite que los estudiantes:
Comprendan en primera persona las barreras psicológicas y emocionales asociadas a la cesación tabáquica.
Desarrollen estrategias basadas en la evidencia para la prevención de recaídas (Marlatt & Donovan, 2005).
Mejoren su capacidad para empatizar con deportistas y pacientes a los que deberán asesorar en su futuro profesional.
Los estudios sugieren que los profesionales del deporte y de la salud que han experimentado cambios de hábitos en su propia vida tienen una mayor influencia en la modificación de conducta de sus deportistas y otros colectivos que atienden (Frank et al., 2008). Este programa, por tanto, no solo pretende la mejora de la salud individual, sino también la contribución a la formación de profesionales más competentes.
2.2. Deshabituación tabáquica en personas con enfermedades crónicas dentro del programa ARPER
Las enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) están estrechamente relacionadas con el consumo de tabaco y otros factores de riesgo modificables (Centers for Disease Control and Prevention [CDC], 2020).
Las enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades autoinmunes y el cáncer están estrechamente relacionadas con el consumo de tabaco y otros factores de riesgo modificables (Centers for Disease Control and Prevention [CDC], 2020).
La incorporación de un enfoque integral en el tratamiento de estas patologías debe incluir:
Ejercicio físico regular, que ha demostrado mejorar no solo la función cardiovascular y respiratoria, sino también la salud metabólica, la respuesta inmune y la resistencia al estrés oxidativo. En el caso de enfermedades autoinmunes, el ejercicio puede modular la inflamación crónica y mejorar la movilidad y el bienestar general. En pacientes oncológicos, se ha observado que la actividad física regular mejora la fatiga, la calidad de vida y la respuesta al tratamiento (Battaglini et al., 2014; Pedersen & Saltin, 2015).
Alimentación saludable, basada en una dieta rica en antioxidantes, fibra y grasas saludables, que contribuye a reducir la inflamación sistémica, regular el metabolismo y mejorar la calidad de vida. En enfermedades autoinmunes, una dieta antiinflamatoria puede ayudar a controlar los brotes, mientras que en enfermedades oncológicas, una nutrición adecuada puede favorecer la recuperación y la tolerancia a los tratamientos (Calder, 2020).
Regulación emocional y manejo del estrés, aspectos esenciales en la prevención de recaídas en la cesación tabáquica y en la mejora del pronóstico de enfermedades crónicas. El estrés crónico está asociado con la activación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, lo que puede exacerbar procesos inflamatorios y empeorar síntomas en enfermedades autoinmunes y oncológicas. Técnicas de mindfulness, biofeedback y terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades psicológicas que les permitan afrontar mejor su enfermedad y mejorar su calidad de vida (Shiffman et al., 2000; Kabat-Zinn, 2013). El programa ARPER aborda la cesación tabáquica como un componente esencial dentro de un proceso más amplio de cambio de estilo de vida. La evidencia muestra que la cesación del tabaco no solo mejora los parámetros fisiológicos de los pacientes, sino que también incrementa su motivación y adherencia a programas de actividad física y alimentación saludable, creando un círculo virtuoso de mejora en la calidad de vida (Taylor et al., 2014).
2.3. Importancia de la colaboración intergeneracional en la modificación de hábitos de salud
Un aspecto innovador de estos programas es la integración de estudiantes universitarios con personas con enfermedades crónicas en un mismo contexto de intervención. La colaboración intergeneracional ofrece múltiples beneficios, tanto para los jóvenes como para los adultos mayores:
Los estudiantes se benefician de la experiencia y resiliencia de las personas mayores, lo que refuerza su motivación y compromiso con el proceso de cambio.
Las personas con enfermedades crónicas encuentran un refuerzo social positivo en los jóvenes, lo que les ayuda a mantener la motivación y adherencia al tratamiento.
Ambos grupos refuerzan su sentido de comunidad y apoyo mutuo, lo que es clave en la modificación de hábitos de salud (Epping-Jordan et al., 2005).
El encuentro en enero entre los participantes de ambos programas fortalece este enfoque, generando un compromiso colectivo basado en el trabajo en equipo y la superación de barreras comunes en el proceso de cambio de hábitos.
5. Referencias
Centers for Disease Control and Prevention. (2020). Chronic diseases and conditions. https://www.cdc.gov
Epping-Jordan, J. E., Galea, G., Tukuitonga, C., & Beaglehole, R. (2005). Preventing chronic diseases: Taking stepwise action. The Lancet, 366(9497), 1667-1671.
Frank, E., Tong, E., Lobelo, F., Carrera, J., & Duperly, J. (2008). Physical activity levels and counseling practices of US medical students. Medicine & Science in Sports & Exercise, 40(3), 413-421.
Marlatt, G. A., & Donovan, D. M. (2005). Relapse prevention: Maintenance strategies in the treatment of addictive behaviors. Guilford Press.
Prochaska, J. O., & DiClemente, C. C. (1983). Stages and processes of self-change of smoking: Toward an integrative model of change. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 51(3), 390-395.
World Health Organization. (2021). Tobacco. https://www.who.int
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