El cuidado de la salud mental de los profesionales sanitarios a través de los pacientes y sus familiares

Los profesionales sanitarios experimentan altos niveles de estrés, ansiedad y riesgo de burnout (síndrome de estar quemado) debido a la naturaleza de su trabajo y a las demandas emocionales de la interacción constante con pacientes y sus familiares. Aunque los médicos, enfermeras y otros cuidadores de la salud están entrenados para manejar situaciones complejas, la presión continua puede tener un impacto significativo en su salud mental y bienestar. La relación interpersonal entre los sanitarios y quienes reciben sus cuidados puede, en gran medida, ser un factor tanto de estrés como de apoyo. En este post de nuestro blog se discute cómo pacientes y familiares pueden contribuir a cuidar de la salud mental de los profesionales de la salud, y ofrece sugerencias y estrategias para desarrollar relaciones más constructivas, con el objetivo de reducir el desgaste de estos trabajadores y de promover un ambiente de respeto y apoyo mutuo. Al final, se presenta un decálogo con pautas prácticas titulado "Lo que puedo hacer por mi médico/a y por mi enfermero/a para cuidar su salud".
Introducción
El sector de la salud enfrenta un creciente número de casos de burnout, depresión y desgaste psicológico entre sus profesionales. La evidencia sugiere que los médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud experimentan altos niveles de agotamiento debido a la sobrecarga laboral, las largas horas de trabajo y las relaciones emocionalmente demandantes con pacientes y familiares (Maslach & Leiter, 2016). Las interacciones con pacientes pueden representar tanto una fuente de satisfacción como un factor estresante, especialmente cuando las expectativas son altas y las relaciones se tornan exigentes. En este contexto, es necesario comprender que los pacientes y sus familiares desempeñan un papel fundamental en el cuidado de la salud mental de los profesionales sanitarios, y se debe promover un enfoque de corresponsabilidad en estas interacciones (Shanafelt et al., 2015).
Estrés y burnout en profesionales sanitarios
La exposición diaria a enfermedades, sufrimiento y, en muchos casos, a la muerte, impacta de manera inevitable en el bienestar emocional de los profesionales de la salud. Numerosos estudios han reflejado que, aproximadamente un tercio de los médicos, experimentan síntomas de burnout y que este fenómeno afecta a un porcentaje aún mayor de enfermeras (Lemaire & Wallace, 2017). Este agotamiento no solo disminuye la calidad de vida de los profesionales, sino que también se traduce en un deterioro de la atención al paciente y en un aumento en los errores médicos, creando un ciclo perjudicial para ambos grupos (Dyrbye & Shanafelt, 2016).
El burnout en los sanitarios se caracteriza por un estado de extenuación emocional, una despersonalización y una reducción en la realización personal (Maslach & Leiter, 2016). Uno de los factores clave es la carga emocional que conlleva la relación con los pacientes y sus familias, especialmente cuando estas relaciones implican niveles de demanda elevados o cuando los profesionales experimentan una falta de reconocimiento y apoyo por parte de quienes cuidan (Shanafelt et al., 2015).
El papel de los pacientes y familiares en la salud mental de los sanitarios
La relación entre los profesionales sanitarios y los pacientes debe entenderse como una dinámica bidireccional en la cual ambas partes pueden contribuir al bienestar mutuo. Aunque la función primaria del profesional de la salud es brindar cuidado y apoyo, los pacientes y sus familiares pueden desempeñar un papel positivo al ofrecer una actitud de respeto, gratitud y comprensión hacia las demandas que enfrenta el personal sanitario (Beach et al., 2017). Esto no solo ayuda a aliviar el estrés de los profesionales, sino que también promueve una comunicación más abierta y efectiva, beneficiando a ambas partes.
A continuación, se presentan algunas sugerencias que los pacientes y sus familiares pueden implementar para cuidar de la salud de sus cuidadores sanitarios:
Mostrar empatía y comprensión: Reconocer que los profesionales de la salud también experimentan desafíos y dificultades en su vida personal. Una actitud empática reduce la presión y facilita una relación de apoyo.
Mantener una comunicación respetuosa: Expresar las dudas o preocupaciones de manera respetuosa y evitar actitudes de confrontación o demandas excesivas.
Expresar gratitud: La gratitud ha demostrado ser una herramienta eficaz para reducir el estrés en los profesionales de la salud (Lowe et al., 2017). Expresar un agradecimiento sincero puede mejorar el estado de ánimo y la motivación de los sanitarios.
Evitar demandas excesivas: Ser consciente de que los sanitarios atienden a múltiples pacientes y están sometidos a altos niveles de presión. Tratar de no exigir una atención inmediata cuando no sea necesario.
Mostrar apoyo emocional: Comprender que los sanitarios también pueden atravesar momentos difíciles y estar dispuestos a escuchar o apoyar emocionalmente cuando sea apropiado.
Promover una cultura de cuidado mutuo: Fomentar una relación en la que el bienestar de los profesionales sea una prioridad tanto para ellos mismos como para los pacientes y sus familiares (Brennan & Monson, 2014).
Estrategias para pacientes y familiares en apoyo a los profesionales sanitarios
Es posible promover una relación más saludable y respetuosa con los sanitarios mediante estrategias que respeten tanto las necesidades del paciente como las de los profesionales. Estas incluyen:
Establecer límites saludables: Aceptar que los profesionales de la salud tienen limitaciones humanas y no pueden estar disponibles en todo momento. Respetar sus horarios y su espacio personal.
Involucrarse activamente en el tratamiento: Colaborar con el profesional al seguir las recomendaciones y tratamientos indicados, lo que reduce la carga emocional que genera la percepción de ineficacia en el tratamiento (Shanafelt et al., 2015).
Ser realista en las expectativas: Comprender que el personal sanitario no siempre puede ofrecer soluciones rápidas y que las limitaciones de tiempo, recursos y circunstancias pueden afectar los resultados (Dyrbye & Shanafelt, 2016).
Decálogo: "Lo que puedo hacer por mi médico y por mi enfermera para cuidar su salud"
Mostrar empatía hacia los profesionales de la salud, reconociendo su trabajo y las dificultades que enfrentan.
Agradecer su esfuerzo con palabras de gratitud, reconociendo la dedicación y el cuidado que brindan.
Ser respetuoso en la comunicación, evitando actitudes agresivas o de confrontación.
Evitar sobrecargar al personal con demandas innecesarias y respetar sus tiempos de descanso.
Apoyar emocionalmente cuando sea adecuado, mostrando disposición a escuchar sin invadir su espacio personal.
Seguir las recomendaciones del profesional de salud para evitar frustraciones y malos entendidos en el tratamiento.
Aceptar sus limitaciones y comprender que no pueden resolver todos los problemas de inmediato.
Ser flexible y aceptar los cambios o ajustes en el tratamiento cuando sean necesarios.
Proporcionar feedback positivo, lo cual puede ser una fuente de motivación para ellos.
Fomentar una relación de respeto mutuo, comprendiendo que la salud mental del profesional también es una prioridad en la relación paciente-sanitaria.
Conclusión
Los pacientes y sus familiares tienen la capacidad de influir positivamente en la salud mental de los profesionales sanitarios mediante acciones y actitudes constructivas. Al fomentar una relación basada en el respeto, la empatía y la corresponsabilidad, es posible reducir el impacto negativo de las demandas emocionales y del estrés al que están expuestos estos profesionales.
Referencias
Beach, M. C., Roter, D. L., Larson, S., Levinson, W., Ford, D. E., & Frankel, R. M. (2017). What do patients value in their hospital care? An empirical perspective on autonomy centered bioethics. Patient Education and Counseling, 100(6), 1119-1126. doi:10.1016/j.pec.2016.12.014
Brennan, J., & Monson, M. (2014). Professional burnout and its impact on the performance of healthcare workers. Journal of Health Psychology, 19(3), 379-392. doi:10.1177/1359105313463794
Dyrbye, L. N., & Shanafelt, T. D. (2016). Physician burnout: A potential threat to successful health care reform. JAMA, 315(10), 1103-1104. doi:10.1001/jama.2016.1139
Lemaire, J. B., & Wallace, J. E. (2017). Burnout among doctors. BMJ, 358, j3360. doi:10.1136/bmj.j3360
Lowe, M. L., Roderick, K. J., & MacPhail, A. (2017). Gratitude in health care: A review of its benefits and barriers. Psychological Bulletin, 143(8), 792-808. doi:10.1037/bul0000118
Maslach, C., & Leiter, M. P. (2016). Burnout in health care: A cause for concern, but a solution is in sight. New York, NY: Taylor & Francis.
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