Saber vivir con espondilitis anquilosante (EA): lo que ven nuestros nutricionistas
- asociacionarper
- 29 sept
- 4 Min. de lectura
Grasa visceral, azúcar, pautas sostenibles y… tiempo
Tras entrevistar a Nacho, Alma y Miguel, preguntamos a Javier Tenas y Gabriel Domínguez (nutricionistas del grupo de Zaragoza) qué claves comunes ven en los casos de buena evolución con EA. Hablamos de composición corporal, alimentos que ayudan, hábitos que restan y de algo que todos subrayan: la mejora exige tiempo y constancia. A continuación, sus respuestas textuales y las habilidades conductuales que identificamos.
1) ¿Qué une a quienes mejor evolucionan?
Javier: “Hay vínculos en común… una buena adherencia a ciertas pautas… buena alimentación general y otras pautas de sueño, psicológicas… monitorizamos la composición corporal todas las semanas… la grasa visceral tiene relación directa con la sintomatología… genera inflamación y entorpece más todavía la propia evolución de una patología proinflamatoria… además empeora la respuesta al tratamiento terapéutico.”
Habilidades que vemos (y nombramos):
Adherencia multicomponente: alimentación + sueño + regulación emocional como base diaria.
Vigilancia de composición corporal: seguimiento regular (incluida grasa visceral) para ajustar pautas.
La grasa visceral es metabólicamente activa; su secreción de mediadores proinflamatorios incrementa la inflamación sistémica y puede dificultar la respuesta a fármacos.
2) “Comemos todos los días”: el hábito que inclina la balanza
Gabriel: “Esa alimentación… va a tener impacto en toda esa parte… si tenemos mejores hábitos, esa mejora de composición corporal se relaciona… generamos menos interleuquinas inflamatorias… menos brotes, duran menos y se espacian… al contrario, malos hábitos → más brotes, más dolor, peor evolución.”
Habilidades que vemos:
Hábito protector 24/7: mantener pautas dentro y fuera de brote (consistencia).
Recaída amable: en brote, no derrumbar la dieta, sostener mínimos de calidad.
La estabilidad de hábitos amortigua los picos de inflamación. En EA, esa constancia nutricional no sustituye tratamiento, pero lo potencia y reduce variabilidad sintomática.
3) ¿Qué comer (más) y qué limitar?
Javier: “Hay alimentos que potencian el efecto inflamatorio (procesados, ultraprocesados) y otros que regulan la inflamación en positivo (frutos secos, verduras —coles, cebolla morada—, pescados azules pequeños —sardinas, anchoas—, especias como cúrcuma, pimienta, jengibre). No es una pastilla, el efecto es a largo plazo.”
Javier (sobre el azúcar): “El azúcar es un problema cuando no lo gestionamos bien… ingestas excesivas + resistencia a la insulina → estrés oxidativo e inflamación.”
Habilidades que vemos:
Dieta “anti-inflamatoria”: sumar sistemáticamente vegetales, omega-3 de pescado azul pequeño, frutos secos y especias con polifenoles.
Restar azúcar añadido y ultraprocesados de forma progresiva (no “todo o nada”).
El patrón alimentario modula inflamación y composición corporal. El foco no es “prohibir”, sino desplazar la dieta hacia lo que ayuda (densidad nutricional), manteniendo la adherencia a largo plazo.
4) ¿Y el gluten?
Gabriel: “Es complejo… no podemos decir que sea proinflamatorio per se… depende de susceptibilidades y, sobre todo, de dónde procede: muchas veces el ‘gluten’ viene asociado a galletas o bollería (ultraprocesados).”
Habilidades que vemos:
Individualización sin mitos: evaluar síntomas y analíticas; el problema suele ser el alimento (ultraprocesado), no “el gluten” de forma genérica.
5) El factor TIEMPO
Javier: “No funciona como una medicación… el efecto es a largo plazo… en patología crónica lo importante es coger hábitos, aunque no sea la perfección… aplicar lo mejor que podamos la mayor parte del tiempo.”
Habilidades que vemos:
Constancia amable (80/20): aspirar a suficientemente bien y mantenerlo años.
Expectativas realistas: progreso acumulado, no “cambios mágicos” en una semana.
6) Pequeños gestos que suman (empezar hoy)
Gabriel: “Un punto de partida con gran impacto es la retirada de excesos de azúcar… muchos visteis que solo con ese gesto ya mejoramos bastante… el típico café con pastita y azúcar en el bar: dejar la pastita y el sobre de azúcar… pequeños gestos que reducen el azúcar que metemos.”
Habilidades que vemos:
Micro-decisiones repetidas: café sin azúcar, pastitas fuera, refrescos → agua. Pequeñas decisiones diarias con gran impacto acumulado.
7) Las 10 habilidades conductuales que sintetizan Javier y Gabriel
Adherencia multicomponente: sostener a la vez alimentación, sueño y gestión del estrés.
Monitoreo de composición corporal: vigilar grasa visceral y ajustar pautas.
Dieta “anti-inflamatoria”: más vegetales, pescado azul pequeño, frutos secos, especias ricas en polifenoles.
Retirada inteligente de azúcar: recortar excesos repetidos, especialmente bebidas y bollería.
Menos ultraprocesados: priorizar comida real y técnicas culinarias sencillas.
Consistencia en brote y fuera de brote: sostener mínimos de calidad siempre.
Individualización (sin dogmas): ajustar según síntomas, analíticas y contexto (p. ej., gluten).
Micro-gestos cotidianos: café sin azúcar, merienda real, “pastita” opcional = autocontrol amable.
Expectativas a largo plazo: progreso acumulado, no soluciones exprés.
Suficientemente bien (80/20): priorizar sostenibilidad sobre perfección.
8) Mini-plan de 14 días (aplicable a EA y otras patologías crónicas)
Registro diario 1 minuto/día: rigidez matinal (0–10), calidad del sueño, 1 comida “fortaleza”, 1 tentación evitada.
Regla del café: sin azúcar y sin pastita durante 14 días.
Plato ARPER 1 vez/día: ½ vegetales, ¼ proteína (incluye 3–4 r/sem de pescado azul pequeño), ¼ carbohidratos integrales + 1 cda de AOVE (aceite de oliva virgen extra) + puñado de frutos secos.
Despensa real: saca de la vista refrescos, galletas y bollería; agua y fruta a mano.
Especias “anti-inflamatorias”: cúrcuma + pimienta, jengibre, hierbas aromáticas en 1 comida/día.
Seguimiento básico: peso semanal y, si es posible, bioimpedancia para grasa visceral (cuando tengáis acceso).
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